
El invierno viste de blanco los campos y montañas de Castilla y León, transformando sus senderos en escenarios de una belleza serena y majestuosa. El aire frío aviva los sentidos, los pasos resuenan en la nieve crujiente y la luz del sol invernal confiere un brillo especial a los paisajes. Si buscas la calma de la naturaleza en su estado más puro, recorre estos caminos y disfruta de una experiencia única.
Rutas de invierno en los alrededores de Palencia
Ruta de las Fuentes Carrionas
En el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre, las montañas se elevan cubiertas de nieve y los lagos glaciares reflejan el cielo despejado. La ruta hacia el Pozo de las Lomas, de doce kilómetros entre ida y vuelta, exige esfuerzo, pero regala un espectáculo inolvidable. La senda atraviesa valles solitarios y riscos donde el viento parece susurrar antiguas historias. En invierno, la nieve transforma el paisaje en un cuadro en movimiento, donde la naturaleza sigue su curso, ajena al mundo.
Sendero de la Laguna de la Nava
A solo unos kilómetros de la ciudad de Palencia, la Laguna de la Nava se convierte en un refugio de aves migratorias que encuentran en sus aguas un descanso en su largo viaje. La ruta que bordea la laguna permite observar grullas y ánsares comunes en un entorno donde el tiempo parece detenerse. El cielo, amplio y cambiante, se refleja en la superficie helada, creando un juego de luces y sombras que cambia con cada hora del día.
Ruta de Las Tuerces y el Cañón de la Horadada
Entre las localidades de Aguilar de Campoo y Villaescusa de las Torres, el paisaje kárstico de Las Tuerces se muestra en todo su esplendor invernal. La erosión ha esculpido formaciones rocosas que recuerdan a castillos en ruinas o figuras fantásticas. A medida que se avanza, el camino desciende hacia el Cañón de la Horadada, donde el río serpentea entre paredes de piedra. La nieve y la escarcha confieren un aura misteriosa a este paraje, donde el silencio solo se rompe con el murmullo del agua.
Ruta al Monte Bernorio
Desde las tierras bajas de la Montaña Palentina se alza el Monte Bernorio, uno de los asentamientos cántabros más importantes en la antigüedad. En invierno, la subida se vuelve más exigente, pero la recompensa espera en la cima: una vista panorámica de valles y montañas cubiertas de nieve. En días despejados, el horizonte se extiende hasta los Picos de Europa. Se dice que este lugar fue testigo de batallas entre los antiguos pobladores y las legiones romanas, y en la quietud invernal aún parece escucharse el eco de aquellas historias.
Consejos para caminar en invierno
El senderismo en invierno exige una preparación adecuada para disfrutar del paisaje sin riesgos. La ropa térmica en capas ayuda a mantener el calor y adaptarse a los cambios de temperatura, mientras que unas botas impermeables con buena suela garantizan estabilidad en senderos helados o nevados. Llevar agua y alimentos energéticos es esencial para reponer fuerzas, ya que el frío aumenta el gasto energético del cuerpo. Planificar el recorrido con antelación, consultar la previsión meteorológica y llevar bastones de trekking o crampones en terrenos difíciles aportará seguridad. La luz diurna es más breve en invierno, por lo que es recomendable iniciar la ruta temprano y llevar una linterna frontal en caso de necesidad. Además, informar a alguien del itinerario y asegurarse de que el móvil tenga suficiente batería son medidas básicas pero cruciales. Con la preparación adecuada, recorrer los paisajes invernales de Castilla y León se convierte en una experiencia inolvidable, donde la serenidad y la majestuosidad de la naturaleza ofrecen un espectáculo único en cada paso.
Descanso tras la caminata
Después de una jornada recorriendo senderos entre paisajes invernales, encontrar un refugio cálido es parte importante del viaje. En el Hotel Castilla Vieja, en el corazón de Palencia, te espera un merecido descanso y la posibilidad de saborear la gastronomía local en un ambiente cálido y acogedor.
Reserva ya tu estancia y descubre la belleza invernal de Castilla y León.