Las villas rústicas romanas fueron explotaciones de carácter agrícola, ganadero y forestal que se extendieron por todo el territorio romano y llegaron a la zona palentina durante el siglo II d.C. Gracias a la Lex Manciana, donde se decretó que cualquier ciudadano romano podría explotar tierras incultas, estos usufructuarios de tierras se convirtieron en propietarios y terratenientes de grandes extensiones de tierra, dando lugar a estas construcciones palaciegas repletas de lujo y magnificencia. 

• 
  
• Villa Romana La Tejada: descubierta en 1970, sus dimensiones reales aún nos son desconocidas. Fue construida en el periodo de esplendor de los agricultores del siglo II. Se conservan los sistemas de calefacción, restos de cimentación y mosaicos repartidos en las más de treinta estancias que actualmente se pueden visitar. Su conservación provoca que el visitante pueda reconstruir mentalmente el pasado glorioso y deslumbrante de esta villa de época tardo-romana. 
• 
  
• Villa Romana La Olmeda: declarada Bien de Interés Cultural, aún se continúa excavando, ya que no se conoce en su totalidad. Esta villa es una gran mansión, cuya construcción data del siglo I - II d.C. Construida en torno a un gran patio, la vivienda está unida a la zona de baños. La importancia de este yacimiento radica, principalmente, en su conjunto de mosaicos, considerado el conjunto de mosaicos de mayores dimensiones existentes en un edificio de uso privado. Motivos geométricos, vegetales y figurativos se unen a aquellas escenas de cacería y retratos